Testimonio
Javier Suárez
Me recomendaron Sheló NABEL para dar mis terapias y me presentaron la Baba de Caracol para usarla en los masajes. No creía en el producto porque el envase era muy comercial y según yo tenía “mejores productos.”
En octubre de 2010 en Querétaro, después de mis talleres del poder curativo de la risa, les obsequiaba a todos los asistentes que quisieran una terapia facial de cortesía donde aplicaba Baba de Caracol, Colágeno y Hielo Mineral. Sin embargo me empezaron a pedir productos que yo no usaba en la terapia como la Leche de Burra. En dos días de asistencia a faciales de cortesía me pidieron cosas que yo no apliqué en la terapia y vendí 8 Leches de Burra.
Por esto, le pregunté a la persona que me recomendó los productos cómo le hacía para adquirirlos y me llevó a un centro de apoyo a inscribirme. Me alcanzó para comprarme la inscripción, las cremas y me quedó ganancia. Saliendo me regresé a Puebla con una Baba de Caracol Corporal, escondí los catálogos y los productos que venían en el kit de cortesía y empecé a vender solo Baba de Caracol Corporal.
En dos semanas alcancé el cambio del 35% al 45% de descuento, vendiendo muchísimo un producto del que no me gustaba el envase. Sin embargo, el contenido era muy bueno y rompí mis propios récords de ventas en mi existencia como comerciante.
3 logros más grandes con Sheló NABEL fueron
Recuperar a mi familia siendo un buen proveedor.
Los premios, los autos y los viajes.
Tener una red muy grande, muchos socios en ella, que son mis amigos y son mi familia.
Mis metas a futuro es que mis socios y yo tengamos solvencia para cumplir nuestros sueños como viajar, ayudar a mi país, que mi familia tenga un desarrollo y crecimiento para crecer y poder solventar cualquier circunstancia la vida, superar mis ingresos para ayudar a los demás, tener estabilidad económica y emocional.
En esta empresa he descubierto el desarrollo y cambio en mi persona física, emocional y financieramente.
3 Consejos a quienes van empezando el negocio:
Conocer todo el proyecto del negocio.
Tener metas y no dejar de soñar.
Ser enseñable: desaprender para aprender.